Los pueblos indígenas de México son las colectividades que asumen una identidad étnica con base en su cultura, sus instituciones y una historia que los define como los pueblos autóctonos del país, descendientes de las sociedades mesoamericanas. El Estado mexicano reconoce a los pueblos indígenas al definirse en su Constitución Política como una nación multicultural fundada en sus pueblos indígenas. De acuerdo con un cálculo del Instituto Nacional Indigenista (INI), Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI,actualmente en 2012 la población indígena era de aproximadamente 15 millones de personas, repartidas en 56 grupos étnicos.
En contraste con otros países de América Latina,
donde los pueblos indígenas corresponden en su mayoría a un solo grupo
lingüístico, cuyo idioma ha sido elevado a la categoría de cooficial
en compañía del español, en México existen alrededor de 65 pueblos
indígenas que hablan entre sesenta y dos y más de una centena de lenguas
diferentes (dependiendo de la fuente consultada).
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martes, 3 de noviembre de 2015
Religion
En los últimos 30 años, la comunidad maya tzotzil de Chamula, en el meridional estado mexicano de Chiapas, registró 100 muertos y 30.000 expulsados por profesar religiones protestantes ajenas al catolicismo preconciliar de autoridades locales, que rechaza las reformas del Concilio Vaticano II de los años 60.
Expulsión, cárcel, castigos físicos y negación de servicios educativos y médicos son algunas expresiones de sectarismo religioso que reinaron en los últimos años en amplias zonas de Chiapas, Oaxaca y Guerrero, en el sur de México, donde la mayoría de la población es indígena.
En Ecuador, el vigoroso movimiento indígena que hasta el inicio de la década en curso comandó protestas sociales y llegó a puestos de dirección del Estado, sufre ahora fracturas, pues uno de sus sectores, identificado con religiones protestantes, apoyó la gestión del presidente Lucio Gutiérrez, derrocado a fines de abril tras más de una semana de protestas masivas.
En Guatemala y Bolivia, con México, Ecuador y Perú, los países de mayor población nativa en la región, también hay divisiones vinculadas a la orientación religiosa, que se funde a veces con el respaldo a partidos políticos y autoridades locales.
Están a la vista nuestros problemas internos por la religión, pues unas iglesias miran a lo social y otras sólo a lo espiritual y fomentan el conformismo, lo que afecta la lucha del pueblo indígena, dijo a IPS el portavoz del Comité de Unidad Campesina de Guatemala, Rafael González Yoc.
Muchas religiones han destruido lo que somos, y es penoso ver que las nuevas generaciones desprecian lo que fuimos, creen que las creencias mayas (el principal pueblo indígena de América Central) son cosas de brujos y diabólicas, lamentó el dirigente.
Según González Yoc, la Iglesia del Verbo y la Asamblea de Dios, confesiones protestantes de origen estadounidense, fueron insertadas entre los indígenas de Guatemala para colaborar con las dictaduras militares de los años 70 y 80.
El sociólogo y periodista Roger Pascual, de la no gubernamental Agencia de Información Solidaria (AIS), con sede en España, sostiene que esas dos sectas fueron apoyadas por gobiernos estadounidenses para oponerse a todo lo que pareciera tener relación con comunismo en Guatemala.
El gobierno estadounidense contribuyó a que la secta pentecostalista Asamblea de Dios se hiciera fuerte hasta el punto de llegar a controlar 1.500 lugares de culto, además de diversos canales de televisión y emisoras de radio en Guatemala, afirma un artículo de Pascual.
La administración (de Ronald) Reagan (1981-1989) estuvo también detrás de la implantación de la Iglesia del Verbo, que colaboró en el golpe de Estado liderado por el general José Efraín Ríos Montt en 1982, según el Análisis de la incursión de sectas en los ámbitos políticos de América Latina, publicado por AIS en 2003.
La guerra civil en Guatemala se extendió entre 1960 y 1996. Murieron 200.000 personas (45.000 de ellas desaparecidas) a manos de las fuerzas de seguridad, la mayoría indígenas mayas. Hubo además un millón de desplazados internos, 500.000 refugiados en México y 250.000 niñas y niños huérfanos.
Las religiones impactan en nuestro comportamiento colectivo y cambian la cotidianidad de nuestra organización, comunidad y familia. Por las religiones, la lógica colectiva que caracteriza a los indígenas se torna individual y nos divide, sostuvo Macas.
Lenguas
El Censo de
Población y Vivienda 2010 reporta que 6 millones 913.362 mexicanos de 3
años y más hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6.6 por
ciento de la población total del país.
Los estados
que concentran el mayor número de hablantes de alguna lengua indígena
son Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Yucatán y Guerrero.
Tan sólo en
los primeros cuatro estados mencionados se encuentra poco más del 50 por
ciento de los hablantes de alguna lengua materna.
En México
existen 11 familias lingüísticas dispersas en todo el territorio. De
ellas se desprenden 68 lenguas y 364 dialectos, de acuerdo con el
Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales hecho por el Instituto
Nacional de Lenguas Indígenas (INALI)
Sin embargo,
los cambios sociales y económicos transformaron también la cultura de
muchos pueblos originarios y con ello la pérdida de costumbres y su
lengua.
Existen pueblos indígenas en los que únicamente las personas mayores hablan su lengua original:
Vestimenta
Muchos siglos antes de la conquista
española el arte textil de México alcanzó un alto desarrollo. Sus
técnicas complicadas y los bellos motivos estilizados que lo decoraban,
dejaron una rica tradición que, aunque no desapareció totalmente con la
llegada de los españoles, poco a poco fueron sustituidas por telas y
decoraciones de tipo europeo.
Sin embargo en las comunidades indígenas
menos afectadas por el mestizaje cultural se ha conservado hasta
nuestros días, de generación en generación, una buena parte de esa
maravillosa artesanía. El aislamiento en que han vivido muchos grupos
indígenas durante varios siglos y el desprecio que su cultura ha
padecido hasta tiempos recientes, han ocasionado que sus trajes sean
poco conocidos y poco apreciada su calidad artística.
Las costumbres y los trajes indígenas
están desapareciendo con celeridad, a medida que la civilización
occidental llega a los rincones más apartados de México. Pronto las
mujeres ya no tejerán, acurrucadas en el suelo apisonado de sus chozas,
sus maravillosas telas; los significativos bordados tradicionales que
van siendo sustituidos por dibujos de los cuadernos que pueden
adquirirse por pocos centavos en cualquier mercado.
Comida
INGREDIENTES Y USANZAS INDÍGENAS
La alimentación que acostumbraban los habitantes del México prehispánico es un tema bastante bien documentado, particularmente para el caso de los aztecas, en el centro del país, y de los mayas, en la península de Yucatán.
El más famoso y destacado cronista de la Conquista, Bernal Díaz del Castillo, soldado de Hernán Cortés, hace minuciosas descripciones del mercado de Tlatelolco, en la capital mexica, y de los cotidianos banquetes que le servían al emperador Moctezuma II, lo cual permite asomarnos a las mesas de muy diferentes clases sociales. Con relación al primer asunto, hemos selccionado algunas citas de su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España:
La alimentación que acostumbraban los habitantes del México prehispánico es un tema bastante bien documentado, particularmente para el caso de los aztecas, en el centro del país, y de los mayas, en la península de Yucatán.
El más famoso y destacado cronista de la Conquista, Bernal Díaz del Castillo, soldado de Hernán Cortés, hace minuciosas descripciones del mercado de Tlatelolco, en la capital mexica, y de los cotidianos banquetes que le servían al emperador Moctezuma II, lo cual permite asomarnos a las mesas de muy diferentes clases sociales. Con relación al primer asunto, hemos selccionado algunas citas de su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España:
Desde que llegamos a la plaza, que se dice Tlatelolco, como no habíamos visto tal cosa, quedamos admirados de la multidud de gente y mercaderías que en ella había [...] Pasemos adelante y digamos de los que vendían frijoles y chía y otras legumbres y yerbas. Vamos a los que vendían gallinas, gallos de papada [guajolotes], conejos, liebres, venados y anadones, perrillos y otras cosas [por supuesto , para comer] [...] y también los que vendían miel y melcochas y otras golocinas que hacían como muéganos [...] Pues pescadoras y otros que vendían unos panecillos que hacen de una como lama que cogen de aquella gran laguna, que se cuaja y hacen panes de ello que tienen un sabor a manera de queso [aquí Bernal se refiere al ahuautle o hueva de mosca acuática, que desova sobre el agua ese caviar, hoy cada vez más escaso].
La diversidad Cultural de México
La principal consecuencia de la Conquista de México consumada por los
españoles en 1521 fue el mestizaje. Esta mezcla se dio en muy diversos aspectos:
desde el más evidente del mestizaje racial, hasta muchas variantes del que podríamos
llamar mestizaje cultural, de manera particular el que se refiere a las cocinas.
En esta materia alimenticia no hubo conquista sino unión, matrimonio, suma y
multiplicación.
Para comprender los alcances del mestizaje gastronómico hay que tener presente que cada uno de los dos elementos fundamentales —el indígena y el español— en realidad era un cúmulo de conocimiento más allá de lo azteca y lo ibero. La cocina española trajo a México buena parte de las tradiciones culinarias europeas, con una importante dosis de hábitos provenientes del norte de África; hay que recordar que apenas 30 años antes de la conquista de México, España a su vez había concluido ocho siglos de permanencia árabe o mora en su ámbito peninsular.
Por su parte, el territorio que hoy conocemos como México cobijaba a muy diversos grupos indígenas perfectamente diferenciados entre sí, no sólo por sus variados elementos culturales, como son el atuendo tradicional, la vivienda, las costumbres religiosas o la cocina, sino por algo más tajante y evidente: el idioma.
Cabe recordar que, a finales del siglo xx, nuestro país sigue siendo uno de los principales del planeta por lo que se refiere a su diversidad cultural indígena. Cuando una cultura se empieza a perder o diluir, lo primero que comienza a desaparecer es la lengua propia; por ello, la permanencia del idioma autóctono es el mejor indicador de la sobrevivencia cultural de un pueblo, con sus rasgos originales. Pues bien: a dos años del cambio del milenio, la India es el principal país del mundo por cuanto al número de sus idiomas indígenas vivos, con la cifra de 72 (sin considerar las variantes dielectales). México está en segundo lugar en el orbe con 62 idiomas, en pleno 1998. Para sopesar la importancia de esa posición nuestra, conviene anotar que China tiene el tercer lugar con 48 lenguas y la que fue la Unión Soviética tenía el cuarto lugar con 35. Todas estas cifras no son meras disertaciones lingüísticas; reflejan algo más trascendente, como es la supervivencia pasmosa de cultura ancestrales; en el caso mexicano, la mayoría de las culturas indígenas son de muchos siglos de antigüedad, algunas hasta de milenios.
Para comprender los alcances del mestizaje gastronómico hay que tener presente que cada uno de los dos elementos fundamentales —el indígena y el español— en realidad era un cúmulo de conocimiento más allá de lo azteca y lo ibero. La cocina española trajo a México buena parte de las tradiciones culinarias europeas, con una importante dosis de hábitos provenientes del norte de África; hay que recordar que apenas 30 años antes de la conquista de México, España a su vez había concluido ocho siglos de permanencia árabe o mora en su ámbito peninsular.
Por su parte, el territorio que hoy conocemos como México cobijaba a muy diversos grupos indígenas perfectamente diferenciados entre sí, no sólo por sus variados elementos culturales, como son el atuendo tradicional, la vivienda, las costumbres religiosas o la cocina, sino por algo más tajante y evidente: el idioma.
Cabe recordar que, a finales del siglo xx, nuestro país sigue siendo uno de los principales del planeta por lo que se refiere a su diversidad cultural indígena. Cuando una cultura se empieza a perder o diluir, lo primero que comienza a desaparecer es la lengua propia; por ello, la permanencia del idioma autóctono es el mejor indicador de la sobrevivencia cultural de un pueblo, con sus rasgos originales. Pues bien: a dos años del cambio del milenio, la India es el principal país del mundo por cuanto al número de sus idiomas indígenas vivos, con la cifra de 72 (sin considerar las variantes dielectales). México está en segundo lugar en el orbe con 62 idiomas, en pleno 1998. Para sopesar la importancia de esa posición nuestra, conviene anotar que China tiene el tercer lugar con 48 lenguas y la que fue la Unión Soviética tenía el cuarto lugar con 35. Todas estas cifras no son meras disertaciones lingüísticas; reflejan algo más trascendente, como es la supervivencia pasmosa de cultura ancestrales; en el caso mexicano, la mayoría de las culturas indígenas son de muchos siglos de antigüedad, algunas hasta de milenios.
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